Zzz
Pensaba que cuando consigues algo gordo te da por beberte hasta las pilas de agua bendita de la iglesia del pueblo.
A lo Grealish.
Será porque no tengo sangre de pirata anglosajón, ni falta que hace, así estoy bien, pero a mí me da por echarme a dormir.
Sin alarma.
Después de meses sin tregua y con un nudo en el estómago que no ha deshecho ni Popeye, el cuerpo por fin se relaja y a ver quién le dice lo contrario.
Todo lo acumulado sale por cualquier sitio menos por las orejas.
Pasas de ser y sentirte invencible, de vermú antes de comer y de hacer dominadas en un abeto a ser carne de ambulatorio, de manzanilla y de siesta.
Si ese modus operandi fuera un cóctel se llamaría looser y le pondrían una aceituna en atravesada en un palillo.
Ya me he repuesto.
Sabiendo que la suerte y esas mierdas no entran en el vocabulario, que hay que currar como un cabrón y que los muros que te pone la vida son un filtro para descartar a los flojos.
Ya puede venir Trump a ponerme barreras delante, que de un cabezazo o de 128 las tiro.
Y luego a ver el Tour de Francia, que seguro que cae siesta.
Y vomitar y pedir que me receten suero o paracetamol 3.500mg.
Dios hizo el mundo en 6 días y se sobó el séptimo, con la misión cumplida.
Lo mío no es el mundo, no hay Big Bang de por medio, no es para tanto, pero ha tardado 180 días y yo me he echado a dormir el 181.
Con la misión cumplida. ✅