Cuando uno abre un bar, tiene dos opciones para vender bebida: o vende productos de Coca Cola o vende productos de Pepsi.
Coca Cola tiene Coca Cola normal, Zero, Zero-Zero (Agua), Fanta, Aquarius, Nestea y Sprite.
Pepsi tiene Pepsi normal, Pepsi Max, Pepsi Zero, Kas, (Quevedo con el) Lipton y Schweppes (lo he escrito bien a la primera, fuera coñas).
Coca Cola tiene el 95% de la cuota de mercado. Es decir, que todo Dios tiene Coca Cola en su garito. Es un monopolio como la napia de Vinicius.
Y como todo monopolio, tiene precios monopolísticos. El envase de vidrio de 35 centilitros, la botella grande, cuesta casi 1€. Para que eso sea rentable tienes que venderlo a 3€ contando el hielo y el limón, pero, claro, quién cojones va a pedir una Coca Cola a 3€ si no es en una hamaca en Honolulu con Emma Watson detrás masajeándote los deltoides con aceite de coco.
Pues nadie.
Tienes que venderlo más barato porque si no te comes los mocos, aunque esa Coca Cola no te sea rentable.
Y como todo monopolio, al final su producto es un commodity. Es decir, es lo mismo pedírselo en tu garito que en el de al lado. No tiene valor añadido, ni nada especial. Es una puta Coca Cola.
Así que uno tiene que hacer malabares para hacer eso rentable.
Y sí, hay una forma.
Hay una cosa que se llama Bag in Box, que es la máquina de refrescos. La típica que tienen todos los restaurantes de comida rápida y donde te puedes echar todos los vasos que quieras.
Eso no es Coca Cola, ni lleva polvos de felicidad.
Es una caja con sirope que emula a la Coca Cola y que la propia máquina mezcla con soda cuando le das al botón.
Es la polla.
Esto en Estados Unidos lo tiene hasta el Francis Bar, pero es imposible verlo en Bar Francisco aquí en España.
Es esto (activa las imágenes):
Pues yo quiero ponerlo. Y lo voy a poner.
Llamé al comercial de Coca Cola para pedirle precios y casi me fusila:
–Na, ya no ponemos Bag in Box. No nos es rentable.
Jé. No les es rentable pero a mí sí.
Y como es Coca Cola, que esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas, pues hay que buscarse la vida.
Así que me busqué al comercial de Pepsi y dentro de poco vendrá el mecánico a confirmar que puedo poner esa máquina, si el desagüe y todo el aparato fontaneril está correcto.
Con esa máquina, puedo encarecer la Coca Cola, que ahora está a 2,8€ (con tapa, no me fulmines) y ponerla a 4€ con recarga ilimitada. Lo de paga una y ponte 700 hasta que mees Kas de Limón. Verás qué risas.
Está estudiado que, de media, la gente se bebe 2,5 vasos. Habrá el que se beba uno, y habrá el que se beba 7. Pero la media es 2,5.
Si una Coca Cola de cristal de 35 centilitros cuesta 0,90€, el vaso de 25 centilitros de Bag in Box cuesta 0,34€.
Si el cliente bebe 2,5 vasos de media, el coste es 0,84€.
Vale, podrías decir que sólo hay una diferencia de 6 céntimos. Pero tú le has cobrado entre 3,5€ y 4€, no 2,8€.
Digamos que a cada Coca Cola le sacas entre un 5% y un 10% más de rentabilidad.
Eso por cada puta Coca Cola es mucho.
Y si encima es Pepsi, cuyos precios son un 50% más baratos que Coca Cola, pues echa tú cuentas que a mí me da pereza.
Cuando haga el escandallo bien hecho te lo contaré.
Si a esa oferta de recarga ilimitada, le sumas que nadie tiene por la zona lo tiene y que voy a ser el primero, y que voy a vender Pepsi como un pepsinómano en verano, el valor percibido del garito aumenta exponencialmente.
No sé, digo yo. Luego tendrá que hablar el mercado y darme la razón o mandarme a la mierda. Y ambas cosas estarán bien.
Y si el mercado quiere latas, pues le daré latas.
Pero vamos a probar con esto, que creo que puede ser un chicharro.
Si sale bien, el resto de empresarios me lo agradecerán por haber sido tan subnormal como para arriesgar así. Si sale mal, también me lo agradecerán porque les habré ahorrado a todos mucho dinero.
Por eso los empresarios son tan necesarios en el mundo. Por su servicio a la comunidad.
Si no existiéramos, todavía viviríamos en cuevas.
De nada.
Bueno, que me lío.
Sigo.
Lo primero que hice para contactar con el de Pepsi fue escribirle a un colega que tenía el contacto.
Me dijo:
–Eso no lo puedes poner porque las máquinas de refrescos están prohibidas.
Achavo inventada se pegó.
Total, que pasé de su cara y llamé al tío para decirle que quería la máquina. Punto.
Primero, tuve el no del de Coca Cola.
–Eso no se puede hacer.
Luego, el no de mi colega:
–Eso está prohibido.
Y todavía me falta el no del mecánico:
–No se puede hacer, salvo que piquemos la pared.
–Pues picamos la puta pared, que no se va a quejar.
Y así con todo en esta vida.
Hace una semana hice un ayuno de tres días. ¿Qué te crees que me dijeron todos los que se enteraron?
–Eso no es sano.
–Tienes que comer. Estás muy flaco.
–Te vas a morir.
–¿No quieres un poquito de pan con aceite?
–Escucha, hay que comer 6 veces al día.
Por ejemplo.
Lo que no entienden es que yo decido no comer cuando no tengo por qué hacerlo.
Cuando me están diciendo en las estanterías de los supermercados que compre esos cereales de colores bajos en azúcar pero altos en cáncer, que desayune tostadas con mermelada para quedarme como si recién saliera del Podemos Cannabis Club.
Que estudies, saques buenas notas, trabajes de lo que has estudiado y no te salgas de ahí, monguer, que te vas a morir de hambre.
Que no pongas la Bag in Box, que nadie la tiene, y como nadie la tiene seguro que en el BOE pone que está prohibido, que Perro Sánchez ya no sabe qué prohibir.
Querido lector, algunos no te permitirían respirar si pudieran.
Hay una frase que dijo José Elías en un podcast que es para colgársela detrás de la puerta de la habitación para leerla cada noche antes de dormir:
El único hombre en el mundo que quiere que seas mejor que él es tu padre.
Te levantas de la cama antes de soplar la vela, vas a su habitación y le das un besito en la frente a ese hombre.
También conozco a otro hombre. No sé cómo se llama, no me lo ha dicho. Creo que quiere mantenerlo en secreto.
No sé si quiere que sea mejor que él, aunque lo veo difícil, porque es muy bueno.
Vive al otro lado del charco y cuando leí dos artículos suyos le escribí: me recordaba a mí.
Lucha contra lo común, lo establecido.
Habla de experiencias personales y de lo que aprende de ellas, un poco como yo, pero sin Coca Colas de por medio. De hecho, las odia.
Espero que cuando nos encontremos hagamos una excursión al Amazonas, nademos y aniquilemos pirañas con las manos.
Lleva escribiendo desde 2022, más o menos como yo, y ser tan constante y no tirar la toalla cuando divulgas contenido contrarian y pones la sociedad patas arribas merece un respeto.
Normal que le lean 2.000 personas en su newsletter y 100.000 en Twitter.
Gracias, me gusta leerte.
Genial. Me encantan tus ideas de seguir mejorando. El resto estamos en ello. Siempre inconformista.