La culpa fue de la fachada da da
Tomando algo con un colega que lee estas fumadas me decía que nuestro pueblo no tiene éxito económico y no viene gente con pasta, con lo cual no merece la pena montarse nada para ganarse la vida fuera de un ayuntamiento o del contrabando de unicornios de crin multicolor.
Al principio, tenía sentido, pero luego me pareció otra excusa barata más para no aceptar que lo que te pasa es culpa tuya y de nadie más.
Cinco minutos antes me estaba rajando de los funcionarios y de cobrar 2.000€ al mes sin hacer nada. Funcionarios hate account.
Resulta que hay sitios a los que van turistas con pasta, turistas que no miran el precio de las cosas. Langosta y yate un domingo y Vejas para ir de excursión al monte. Pagan y se la pela.
Turistas de Dubai o de Pozuelo de Alarcón, a los de la aldea igual no se les ve por allí.
Y al nuestro no, al contrario. Vienen turistas de las 1.000 viviendas y de La Cañada Real a robar en el supermercado y a pincharte las luces del zulo con las farolas de la calle.
Está claro que no somos Mónaco, Capri o Riviera Maya, pero Angola tampoco.
Igual que hay unos que van a Estrellas Michelín y otros que van a Bar Aurelio.
Al salir del garito donde tomamos el refrigerio, me señalaba los edificios de alrededor:
–Mira la fachada. ¿Por qué no la pintan?
–Porque hay que pagar una derrama y eso vale un pastizal.
–Pues luego que no se quejen si no viene gente con pasta.
Que ganes pasta o te comas un mojón no depende ni del color del pupitre donde colocas el portátil, ni del plato de la ducha de casa ni de si la taza del café de donde bebe el que te pasa la tarjeta tiene una raja o un agujero.
Igual que si nadie entra a tu restaurante o a tu clínica es por el color del toldo del fontanero de enfrente o de que la calle no esté asfaltada.
Gracias a Dios no somos Kiev. Todavía.
Es la puta misma excusa que la de los impuestos altos o las cuotas de autónomos.
Las reglas del juego son las mismas para todos.
Hay algunos que se mean en ellas y las revientan y otros que se alegran de que existan, así le pueden echar la culpa a alguien.
Para los que son como los segundos, tengo esto.
Y, si eres de los primeros, mis respetos, admiración y todos mis putos aplausos por no querer ser un mediocre.
Lo bueno que te espera no se puede comprar en Amazon.