Muchísima gente (3 o 4 personas) me dicen que les gusta cómo escribo. Que debería vivir de escribir.
Yo digo que cualquiera puede hacer lo que hago yo. Contar sus movidas, su historia, sus desastres mentales, que seguro que a alguien le gustan. Por lo menos a tu madre y a tu abuela.
Estos artículos los he estado escribiendo como si mi vida fuera una novela turca, con una historia inicial interesante y un mensaje inspiracional al final.
Apoteósico, que diría el retirado Piqueras.
Ya tengo hasta grupis.
Y, como no quiero acabar como el Ronaldinho de la escritura, retirado antes de tiempo y con airBnB en Soto del Real, va a haber cambios en este newsletter.
Creo que a mejor.
Podría quedarme ahí, cómodo, escribiendo un post semanal sin mucha dificultad y acabar de CEO en Mr. Wonderful, pero eso me estancaría y uno tiene que avanzar en la vida.
Para escribir bien, primero hay que escribir mucha mierda. Igual que para tocar el piano, jugar al pádel o hacer ganchillo.
Las primeras veces, vas a hacer mierda.
No es que sea primerizo, pero quiero escribir mejor, y eso pasa por escribir más.
Y a ti, ¿eso en qué te afecta?
Pues te afecta en que voy a escribir 3 post por semana. Triplico mi apuesta.
¿Bellingham juega 90 minutos cada 3 días en Liga-Champions-Liga? Yo no voy a ser menos. Él no para de correr y yo estoy sentado moviendo los dedos. Si no soy capaz de emularlo, mejor pido el ingreso mínimo vital.
Si este va a ser el mejor y más grande newsletter sobre emprendimiento, el que la escribe no puede ser un mindundi.
Ni por esfuerzo ni por méritos.
Porque si uno va a escribir de lo que sea, tiene que tener cicatrices, moratones y los cojones pelados de hacerlo.
Debe tirarse al fango. Y como yo estoy en el fango, con la mierda entre las rodillas y el cuello, puedo escribir sobre emprendimiento.
Es como lo de quedar el último en una carrera. Será el último, pero estás por delante del que está en su casa rascándosela.
Por eso suena tan vendehúmos un niño de 17 años en su cuarto subiendo tiktoks sobre mentalidad, ganar dinero y su puta madre. Es que es de coña.
Si no lo has vivido, no puedes escribirlo.
Que se vaya preparando Euge Oller (su newsletter tiene +100.000 suscriptores). O sea, que gente interesada en emprendimiento, hay. Y poderse, se puto puede.
Así que esta va a ser la estructura semanal de este tu newsletter favorito a partir de ya:
Un post de build-in-public.
Eso significa, literalmente, sacar el Excel de mi bar (y de todo lo que vaya montando) y decir la facturación, el margen de beneficio y esas cosas que tanto morbo te dan. P*rno financiero se llama ahora.
¿P*rno baril o P*rno hosteleférico? ¿Qué nombre te mola más?
He creado una nueva sección aquí que se llama “Escalando un bar de 0 a 10.000€ al mes”, que es el mínimo de facturación para que un negocio de hostelería sea un negocio, sino es un hobby.
–¡Ala! ¡Que vendehúmos! ¡10.000€ al mes dice! ¡A la hoguera!
Te sorprendería saber la cantidad de antros cutrosos de los de toda la vida que facturan 20.000 o 30.000€ al mes. No ganan un puto duro, pero facturan eso.
Es decir, vas a saber cómo funciona por dentro uno de los negocios más tradicionales y menos atractivos de los tiempos modernos de nuestra Españita.
Y diferenciaremos entre facturación y beneficios, que no es lo mismo. Puedes facturar billones y perder dinero, como Glovo, mi start-up de mierda favorita.
Aparte de que no creo que haya nadie en internet contando las intimidades de un bar, al haber 300.000 de ellos en España, seguro que a alguien le interesa. Y mucho menos estará Paco, de Bar Paco, enseñando el Excel que ni siquiera tiene.
Pues yo lo haré semana a semana.
De ahí también saldrá un podcast llamado Maldita Hostelería, en el que charlaré con los creadores de conceptos de hostelería que me flipan.
Un post profundizando en el vídeo de YouTube que haya subido esa semana, con diferentes series de temáticas variadas.
Una será destripando a los emprendedores de éxito del panorama y qué podemos copiarles para ver si se nos pega algo.
Otra, sobre modelos de negocio que me han flipado.
Y así según se me vayan ocurriendo.
YouTube lo utilizaré también para hacer crecer este maravilloso newsletter, y también te enseñaré las métricas, visualizaciones y la monetización de esos vídeos, llegado el caso.
El post de los domingos que tanto te anima los lunes… seguirá.
Ahí meteré mis famosas pajas mentales.
La razón por la que no puedo escribir un post así más a menudo es porque acabo reventado intelectualmente. Las 3 neuronas que me quedan se ponen a toda hostia a sacar adelante el texto y las fundo, así que me quedo en modo avión el resto del día.
Si lo hiciera 3 o 4 veces a la semana, alguien me confundiría con un diputado y no quiero eso.
El orden los artículos va a ser caótico, un poco como yo. Sólo pretendo respetar el post de los domingos, que creo que es buen momento para recordarte que no se te ocurra decir nunca jamás otra vez que estás «de lunes» un puto lunes.
Dicen que para recibir antes hay que dar. Y eso haré: dar el triple.
Así que, si no te interesa una mierda lo que te voy a contar, los números reales de un negocio real de un chaval real jugándosela, abajo te das de baja y tan panchos.
Y si crees que no vas a seguirme el ritmo de 3 emails por semana, pues también te puedes dar de baja y fuera agobios.
Ya lo que tú veas.
Yo te animo a quedarte, porque esto va a ser épico.
PD: En este vídeo tienes el primer avance.
Me da mucha curiosidad ver cómo es la gestión de un bar por dentro. A ver qué nos cuentas