Lo único que no me perdonaría no hacer en 2024
En la cena de Nochebuena en casa de la abuela, con la mesa recogida, los soldados cubateros caídos en batalla y todos los mochuelos a punto de irse a sus olivos, salí a la terraza a pasar frío y a escuchar una de las frases míticas de mi padre, que bien podría valer una diapositiva en Instagram.
Allí estaba él, apurando su caliqueño, mirando al infinito.
Intercambiamos dos frases sin importancia y, después de un silencio de unos minutos, dijo algo que bien podríamos incluir en un libro de Epicteto:
–¿Sabes qué haría yo si fuera tú?
–¿Qué?
–Si yo tuviera una abuela viva, me quedaría aquí esta noche a dormir con ella. Y todas las noches que pudiera. Pero ya no tengo abuela, y en cabeza ajena no se aprende. Ya te darás cuenta cuando tú tampoco tengas.
…
…
…
Ahora vas y lo cascas.
Esa noche no me quedé, se quedó mi hermana, que para esas cosas improvisa mejor. Yo dije algo así como:
–No me he traído nada de aseo, ni siquiera las fundas de los dientes, que no hay noche que no me las ponga. Sin ellas, no puedo dormir.
Seguramente, la peor excusa de mi vida.
Así que, como no hay excusa que valga en algo tan importante, lo único que tengo que hacer, de verdad, el próximo año, es dormir 3 días a la semana en casa de mi abuela.
3 días como poco.
Además, ahora hace frío y ella tiene chimenea. Todos sabemos que el sueño de todo hombre es quedarse pasmado mirando el fuego echando troncos, uno detrás de otro, mirar a un lado y ver a su mujer amamantar a su hijo y tener una escopeta detrás de la puerta y un perro agresivo para ir a por los malos que quieran llegar a interrumpir ese momento.
Lo demás son gilipolleces impuestas por el mundo moderno.
Le echaré troncos a la chimenea y tendré a mi abuela al lado viendo una serie turca o hablándome de cómo mi abuelo se plantó en su casa delante de sus hermanas y sus padres y se inventó totalmente que eran novios, que venía a verla.
El tío se había cascado 6 o 7 horas de trayecto en moto por caminos de piedras hasta la Sierra del Segura con un amigo de paquete.
¿Mi abuelo hace eso con 20 años y yo voy a decir que is qui hiy ni mi hi triidi li findi di lis diintis?
Tú eres tonto, chico.
Pero, CUIDADO.
Para cumplir con esto, no es suficiente tenerlo por escrito y que lo lean más de 500 personas, aunque quizá eso ayude.
Si quieres hacer algo, cuéntaselo al mundo. Cuando te pregunten cómo te va, se te caerán los cojones al suelo si no lo has cumplido. Funcionamos por orgullo. Al menos yo, que soy un tóxico.
Además de escribirlo, en mi calendario de madrugar, cosa que me está costando mucho viviendo en un bar, iré tachando en verde los días que cumpla con la alarma y en rojo los que no, y añadiré lo de dormir enchimeneado.
(Ponle a madrugar levantarse entre las 6 y las 6 y media. Levantarse después es perder el día).
Si un día madrugo, tachón verde.
Si un día duermo en casa de mi abuela, tachón verde.
Si encima duermo delante de la chimenea, megatachón verde y chupito.
Y ya tendré tres, y ese día habré cumplido como los champion.
Si no cumplo, pues tachón rojo. Y una nueva oportunidad al día siguiente.
Es como el Monopoly, casitas verdes y hoteles rojos, pero en formato hábitos.
La dopamina que libera el generar billetes es la misma dopamina que produce el tener los deberes hechos, la conciencia tranquila y haber pasado el mayor tiempo posible con la abuela.
Ya te cuento el año que viene qué tal ha ido, si es que sigues por aquí, o si es que sigo yo.
Espero que esta turra habitil te sirva parasiempre, que me hagas caso a mí, aunque sólo sea un reflejo de escuchar a mis mayores.
De hacerles caso, pues no tanto. Y así me va. Que no es mal, pero uno no escarmienta en cabeza ajena.
Y no salgas esta noche, que Nochevieja es la peor noche del año para salir.
30€ mínimo para entrar en una discoteca donde no te puedes ni mover, que ya te pasó lo mismo el año pasado.
Quédate en casa jugando al Bingo, como haré yo, invocando al espíritu del magnífico Benito el del Bingo, bébete un whisky con un hielo a palo seco y mañana vete a desayunar unos churros, y de paso, mójalo esta noche. Guarrindongo.
Chin, chin, my friend.