21 ventajas de ser un friegaplatos

James Cameron fue conductor de autobús antes de ser director de cine. Elon Musk trabajó en una granja y limpiaba salas de calderas antes de vender PayPal, fundar SpaceX y comprar Tesla y Twitter. Irene Montero fue cajera de supermercado antes de ser Ministra. Yo, antes de ser yo pero en famoso, he trabajado de muchas cosas, pero ser un friegaplatos es la que más beneficios tiene.
Por si estás pensando en fregar platos y cobrar por ello, que sepas que:
1. Mentalidad de salmonete
Como en ningún otro trabajo, no se puede hacer de forma digna, pero en este el nivel de indignidad alcanza niveles como para que Errejón organice una huelga general. Eres la última mierda y, probablemente, el que menos cobra de la empresa. Lo que en cualquier casa se convierte en momento de disputa entre suegra y nuera por ver quién lo hace, aquí no pasa. No quiere hacerlo nadie. Te sientes funcionario. Lo podría hacer una máquina.
2. A la mili en Ceuta
El adiestramiento militar que necesitas. Hasta que no friegas la última cuchara, no te vas. Si acabas a las 10 de la noche y tu jornada acaba a las 00:00, tampoco te vas. Te jodes. Si acababas a las 00:00 y no has acabado de fregar, te jodes y te acuestas cuando acabes o al día siguiente estás despedido. Da igual que al día siguiente entres a las 6 de la mañana. Es mejor tener los pies planos.
3. Heridas de guerra
Cortarte con los cuchillos y bandejas a posta para comentarle a la chica que te mola que eres un tipo duro. Llevas el pulgar colgando y con 7 grapas porque rescataste a un niño ucraniano de una trinchera. Puedes decir esto para conseguir novia. Lo más probable es que te lleves un bofetón.
4. Carroñero
Si te muerdes las uñas, no gastas en comida. Lo cual no ayuda a dejar de morderte las uñas. Puede sobrevivir con los restos que se te quedan entre los dedos cuando cierras el grifo. Capitalismo, trabajo y ahorro duru.
5. Estratega de la dominación mental y la persuasión
Los cocineros son tus dueños, pero también tus mejores amigos. Si les caes bien, te alimentarán como a Hansen y Gretel.
6. Tarjeta de socio en la farmacia
Lo que te ahorras en comida te lo gasta en tiritas.
7. De profesión fantasma
Pierdes la huella dactilar. Te vuelves invisible a sistemas de identificación, inspecciones en aduanas y métodos de control mundial. No te sacas el DNI ni a la octava. Ahora es cuando por fin se vuelve útil el carnet de la biblioteca.
8. Grupo sanguíneo incompatible
El fairy corre por tus venas. Si te sacan sangre, acabas en el Pentágono.
9. La que te espera en casa
Ahora ya no tienes excusa para no fregar. Tu madre te hace un vídeo y lo sube a Facebook para presumir.
10. En España faltan FPs
Te preguntas por qué no hay formación profesional en friegaplatos. Te propones reunirte con el director del instituto de tu pueblo porque hay mucho talento desperdiciado. Si haces este FP, los del trabajar de lo tuyo no tendrán tema de conversación. Una lacra social menos con la que lidiar.
11. Impermeable a las crisis
Si eres un corporate slave, un programador de Google o delegado de recursos humanos de Amazon o te enfrentas a 4 años más de gobierno socialista siendo autónomo, no te preocupes, tienes experiencia en ollas y sartenes. Vuelta a hostelería, adonde no pensaste que volverías nunca. Baby la vida es un ciclo. Por listo.
12. Hombre Z
Si te deja tu mujer, al menos sabrás hacer el 80% de las tareas domésticas.
13. La casa por el tejado
Fregar sin antes barrer. Pasar el trapo por la mesa después de barrer. Chico, ¿eres tonto? Cosas que poca gente sabe que no se deben hacer así. Pero tú tienes los huevos pelaos de hacer el trabajo dos veces hasta que al final lo automatizas. Primero te atas los cordones, luego arrancas.
14. Máquina de creatividad masiva
Formas de hacerme rico, historias, este post, regalos para Navidad y la receta dulce fitness que me voy a preparar esta noche se me ocurren fregando. Es una putada porque tengo que hacer como que me da un apretón para irme al baño a apuntarlo todo en el grupo de WhatsApp que tengo conmigo mismo y que a las pocas horas no entiendo porque está escrito en pakistaní antiguo.
Pasa lo mismo cuando te duchas, te das un paseo o cocinas. Tu cerebro se relaja y asocia ideas completamente aleatorias, de las cuales puede salir algo bonito o que te arruine la vida. La cosa es ir probando.
15. Indiana Jones frustrado
De pequeño querías ser arqueólogo porque desenterrabas camiones del foso de arena del colegio y ahora te gustaría ser Aquaman.
16. Relevo generacional
Tu bisabuelo se fue a Francia a vendimiar y tú al extranjero a rodar cera, pulir cera. No volverás a mirar el limpiaparabrisas con los mismos ojos.
17. Zona de confort
Te molesta que te saquen de tu cubículo. Dejadme aquí con mis cacharros. Es adictivo. Nueva aspiración social desbloqueada.
18. No hablas con subnormales
Como mucho viene el jefe a decirte que no uses tanto jabón, que la empresa tiene que ahorrarse 20 céntimos mensuales.
19. Embrace autism
Ni quieres que te hablen. Esto ya es la hostia si te pones un gorro y un auricular para escuchar podcast o canciones de Sabina. Yo llevo ya boina. En esta vida hay que elegir.
20. Productividad sin software de productividad
La pila está llena. El friegaplatos procrastinador se emboba delante de los cacharros sin saber por dónde empezar, qué herramienta pillar, si esponja o estropajo, y la temperatura exacta que debe tener el agua. El buen friegaplatos empieza y se deja de hostias. Como me muevas las ollas y me las descoloques, te corto el brazo con el cuchillo del pollo, chef de los cojones. Si no sabe hacer una tortilla de patata con cebolla melosica, tu opinión es igual a 0.
21. Volver a los orígenes
Tanto si tu padre es afiliado a Comisiones Obreras como si lo es al Rotary Club, la cura de humildad que te da un trabajo de mierda como fregar platos alguna vez en tu vida es algo de lo que no vas a ser consciente hasta que en España una Ley de Educación sea útil o no se pague cuota de autónomos. Lo que pase antes.
Las mejores lecciones de la vida son gratis y son las de tus abuelos. Los míos no están. Las otras mejores lecciones de la vida son las que te cuestan dinero, disgustos o el tiempo.
Si diriges a gente en tu departamento o tienes empleados, ni se te ocurrirá despreciarlos por muy básica o simple que sea su función en la empresa. Y si lo haces, después de todo, te mereces irte a la puta calle o quebrar.
Si eres el friegaplatos (o cualquier otra función de mierda), que sepas que estás en la casilla de salida y un futuro mejor ni te espera ni está por llegar a menos que muevas el puto culo y te lo crees y ganes por tus propios medios, ideas y riesgos.
La libertad, la riqueza y ser la envidia del 95% de la población tiene un precio.
El único que decide pagarlo eres tú.