Semanas antes de abrir el bar, empecé a enviar emails a una pequeña base de datos que fui creando con anuncios en Instagram.
Esa era una forma cara y para nada sostenible de ir metiendo en mi mundo a mis futuros clientes.
Para invertir pasta en anuncios pues necesitas pasta para invertir en anuncios, y en noviembre de 2023 la pasta se había ido en máquinas, proveedores, decoración y todas las movidas que supone un negocio físico.
Por suerte, lo poco que invertí resultó ser rentable.
Una pareja del pueblo de al lado, que me costaría 2,5€ captarlos, han venido 3 o 4 veces ya. Vienen cada vez que tienen algo que celebrar y se gastan sus 50€.
Metí 2,5€, recibí 150 o 200€ en 6 meses.
Worth it.
Pero yo no sabía el retorno que me iban a dar los anuncios. Si iban a ser dinero tirado por el retrete o recuperado en 6 meses o un año.
Así que supuse que había que hacer contenido en Instagram, vídeos y dar por culo por stories. Todo eso para ir creando unos “seguidores” que no son míos, sino de Instagram.
Si Instagram me cierra la cuenta, lo cual es muy probable, todos esos seguidores se van a la mierda.
Y puede que hasta mi negocio se vaya a la mierda después.
Mi conclusión fue que había que espabilar para antes de ayer y meter más gente en mi lista de emails.
Me pasé por una gasolinera del pueblo, y de tanto beber diésel con Pepsi, me hice amigo del dueño, que tiene otras dos o tres gasolineras por la provincia.
Le pregunté si tenía una base de datos de clientes y si me la podía vender por 50 céntimos por cada cliente.
Me dijo que nanai, que de vendérmela nada, que me la pasaba gratis.
Y se la pela.
Luego fui a cada empresario con el que tengo buena relación a preguntar por lo mismo: por su base de datos.
Para comprárselas, para que me la regalaran y para hacerme una colección chulísima de emails de la peña.
Uno de ellos, que tiene la típica tienda de todo a 100 y tiene un e-commerce de la tienda, ni me contestó al mensaje que le mandé.
Otra de ellos, me dijo que no sabía qué cojones era una base de datos.
Así que me quedé más solo que la una. No pude robar ninguna base de datos, ni ningún email ni ejecutar ninguna estrategia gitana de ese calibre.
Pero me quedé flipado por una cosa.
¿Cómo huevos un negocio no tiene una base de datos de sus clientes?
No puede ser que lleves 20 años trabajando y no tengas un listado con los nombres y los datos de contacto de toda la gente que ya te ha pagado alguna vez.
–Vale, Benito, ¿y qué cojones me quieres contar con esto?
Te voy a poner el ejemplo de este, tu newsletter favorito del mundo.
Esto es una base de datos. De mis lectores.
Me comunico contigo una, dos o siete veces por semana. Las que me dé la gana.
Se apunta quien quiere y se da de baja quien quiere.
Hay gente a la que le alegro el día, gente a la que le jodo la vida y la estreso con mis mensajes de emprendedor flower power y gente que ni siquiera abre mis emails.
Porque de todo tiene que haber en la Viña del Señor.
Pues si tienes un negocio, puedes hacer lo mismo con tus clientes.
Les escribes y les dices que esta semana vendes estas gafas, y que si compran antes del día 30 de abril, les regalas el spray limpiador, las lentillas y un caramelo de menta-limón porque ver bien es importante, pero que no se te caigan las gafas al suelo por un estornudo mocoso, también.
También les puedes decir que este fin de semana la tapa que tienes en tu bar es la polla en vinagre, o boquerones en vinagre, que hay unidades limitadas y que igual a las 14:00 ya no quedan.
Total, que tener una base de datos es la rehostia.
Si no lo sabías, pues ya lo sabes, my friend.
No sé si me da bien o mal gestionar bases de datos, si mando buenos emails o emails de mierda o si te parezco buen chaval o gilipollas.
Eso lo juzgáis tú y Jesucristo.
Pero lo que no hago es mandar emails con un trillón de fotos, colorines, purpurina, ofertas de un 180% de descuento ¡SÓLO HOY! y vergüenzas ajenas del estilo, que es a lo que nos tienen acostumbrados las grandes empresas, Stradivarius y el Banco Sabadell.
Ellos se lo pueden permitir.
Así que he decidido ponerme en manos del mundo y de las empresas que tengan bases de datos potentes para exprimirlas y sacarles todo el jugo que tienen dentro.
Jugo = $$$
Con lo cual (agárrate a la silla, porque se viene promo), si tienes:
–Una base de datos de clientes o potenciales clientes (emails) de +1.000 personas,
–Ganas de facturar algunos miles de euros extra en unas semanas,
–Y dinerico para pagarme (MUY IMPORTANTE),
Me contestas a este email y te doy más detalles.
Puedes ser abogado, dentista, fotógrafo, tener una tienda online de vaginas ultrasónicas, ser criador de dinosaurios u ordeñador de abejas. Lo que sea menos diputado. Diputados no acepto.
No sufras, soy joven y barato. Yo lo aprovecharía ahora antes de que me haga famoso y sea imposible contratarme.
Dicho esto:
¿Cómo puedes ganarte 100€?
Pues si cumples con lo de arriba, te descontaré 100€ de mi tarifa.
Y si no cumples con lo de arriba, pero conoces a alguien que sí cumpla y me recomiendas para que le gestione la base de datos y me acaba contratando, pues te llevas 100€.
Si me recomiendas a 7, pues te ganas 700€, así funciona el tema.
Yo sé que es más fácil no hacer nada y cobrar el Ingreso Mínimo Vital, pero si fueras de esos no estarías aquí leyendo esto.
Mueve el ano y gana pasta.
Tienes este email como prueba de mi oferta, por si quieres defenderlo ante el Sr. Jues.
Por lo menos me río, que ya es mucho 😅