Hace 2 años estaba en Irlanda pringando de supervisor en un bar de copas, borrachos y fans del Liverpool.
Cerrábamos a la 1:00 y, obviamente, yo era el encargado de decirle a gente que llevaba bebiendo desde las 3 de la tarde que se tenía que ir a tomar por culo y seguir bebiendo en la calle con vasos de plástico de cubalitro.
–Con lo a gustico que estaría yo en customer service, en una oficina descolgando el teléfono.
No me arrepiento de nada, pero ahora habría escogido trabajos muy diferentes, aunque ese es otro tema.
En verano volví a España con una bolsa de 20 o 30 ostras del Atlántico. Ese era mi souvenir. La llevé entre las piernas en el avión y, al lado, tenía a una chica de Valencia muy maja, que no sé si estará leyendo esto.
Allí estuve hasta octubre, y justo después de la boda de una amiga me volví a tierra de leprechauns.
¿Para qué? Yo no tenía ganas de irme, quería quedarme en España y empezar a hacer mis movidas, que eran muchas.
Tenía que montar una pizzería. Dios mío. Menos mal que no monté nada de eso y parí a Don Mequetrefe Parera Topuria.
Me puse a currar fregando platos y cortando pollo, a 2 minutos de mi casa, literalmente enfrente.
Algo sencillo, fácil, sin calentarme mucho la cabeza y que pasara el tiempo muy rápido hasta Navidad, que ya me volvía a España definitivamente.
Hostia, ya estoy en España, y una puta obra de un local no sale.
Aquí nadie mueve el culo. Semana Santa llega y falta la mitad del local por acabar. Un local que no tiene ni 20 días de trabajo, pero gracias a eso aprendí con qué fulanos juntarme.
Si es que hay que juntarse.
Ya está la reforma.
Ya me han puesto las luces, ya me han sellado el suelo y la fachada, ya he lijado y pintado las paredes con mis propias manos, ya he decorado este monstruo de la construcción postfranquista.
Se inaugura la semana que viene, espabilo. Pillo los productos, los pruebo, esto sí, está bueno, esto a la mierda, no hay ni vagabundo que se lo coma.
Abrimos, dale.
Joder, un año para hacer una reforma y ya primer fin de semana trabajando.
Primera reseña positiva de un desconocido en Google. Primer hater también. Justo después de poner la terraza. Coño, si empecé sin terraza, y ahora está llena cuando hace el sol.
Primer evento. Un amigo me pide el catering para la presentación de su libro. Cojo mi coche porque no tengo furgón ni pienso tenerlo y me acaba oliendo el bmw a pescaíto dos semanas.
Pues bueno, mejor a eso que a perro sin bañar.
Primer finde que no estoy trabajando pero el Mequetrefe sigue abierto. ¿Qué dices anda? ¿Que no se ha caído el edificio? ¿Que no se ha quemado la freidora? ¿Nada de nada?
Qué bonita es la Catedral de Granada. Sobre todo mientras un negocio está furulando al mismo tiempo.
Ahora estoy volviendo de Segovia. No me he ido de finde ni me he pillado días libres. Me he ido a pillar una segunda freidora que Summer Is Coming y uno tiene que estar preparado.
Sí, también aprovecho y me voy de “finde” con mi novia, la que siempre me acompaña a todo, pero ese también es otro tema.
Y de paso visito a mi mejor amigo que está en Ávila.
3 en 1. Algún día sacaré un curso de cómo ser capaz de gestionar amistades, pareja y negocios sin perder ninguna de las tres por el camino y, mucho más importante, sin perder la cabeza.
Me he apuntado a una feria local de comida, FiraCalp, y a un concurso de tapas de gamba blanca, producto estrella del pueblo y MI producto estrella: un cono de gamba frita o hervida.
La tapa, obviamente, será una croqueta de gamba blanca y, obviamente, voy a ganar el concurso.
No sé cómo lo voy a hacer, ni si voy a dormir porque voy a tener que estar haciendo masa de croquetas, pero voy a colgar un trofeo de campeón en la pared.
No es nada personal, pero salir a perder o empatar o a “participar” no se me da bien.
Hace un año yo era, literalmente, este fulano:
Sin tener ni puta idea de nada.
Hoy tengo dos freidoras y lo que empezó siendo cuatro paredes, un mostrador, dos neveras y una freidora hoy es lo mismo pero con dos freidoras y una terraza.
Tampoco es mucho, es lo que tiene que ser.
Plantéate bien adónde piensas llegar, que llegas.
Yo, hace un año, soñaba con estar donde estoy hoy, y hoy no soy ni un 1% de lo que seré el año que viene.
PD: Mucho he tardado en sacar mi primer producto de pago. El 1 de mayo, Día del Worker Supremo y en honor a ese tío de arriba lleno de polvo y mugre, por fin se viene. El Benitín de la primavera de 2023 estaría orgulloso.
¿Pero cómo es que te dio por meterte en la hostelería? ¿Te viene de familia?
Crack💪